El Equipo de Pastoral es el responsable del proceso de maduración en la fe de cuantos formamos la comunidad educativa del colegio. En el curso 2021-2022, este Equipo queda constituido por cuatro profesores que contarán, además, con la ayuda de los delegados de pastoral de cada aula.

Los profesores serán

De izquierda a derecha:

• Carlos Palacios (Escolapio, coordinador del “equipo de Pastoral y de las “Celebraciones”)
• Marta Pérez (Coordinadora de “Campañas y voluntariado”)
• Fernando Arriero ( Coordinador de la “Pastoral Juvenil” y de “Crecimiento en la fe” )
• Elena Sáez

Delegados de Pastoral

 LEMA EDUCATIVO DEL CURSO 2021-2022: 

¡Tenerte conmigo, estando contigo!

Para el presente curso escolar hemos escogido como lema: “Tenerte conmigo, estando contigo”, expresión sacada de una canción interpretada por Soraya en 2018, que sirvió como sintonía para la Copa del Rey de fútbol de ese año. Con ella hemos realizado un cartel que presidirá todas nuestras aulas escolares, así como otros lugares por donde pasamos cada día.

Con el lema queremos subrayar la importancia de desarrollar nuestra capacidad de socializarnos. No somos seres únicos y solitarios, sino que nos completamos y nos enriquecemos en colaboración con los demás seres humanos que habitan este planeta. Incluso podemos afirmar que no llegamos a madurar como personas hasta que no establecemos vínculos con nuestro entorno más cercano: primero la familia, luego los compañeros de colegio, los profesores, nuestra pandilla de amigos y nuestro horizonte futuro, tanto en las relaciones laborales (trabajo en equipo), como en lo afectivo (nuestra relación de pareja) y la formación de una nueva familia.

El cartel se divide en cuatro escenas diferentes que muestran las distintas dimensiones que necesitamos desarrollar y cultivar:

Escena 1: Muestra 4 compañeros del Bachillerato con los consabidos protocolos covid, con mascarilla tapándoles la mayor parte del rostro y saludándose con los codos para evitar el posible contagio a través de las manos y lo que tocan. Nos hace sentir la necesidad que tenemos de relacionarnos con otros semejantes, sobre todo de nuestra edad. El establecer lazos de amistad y compañerismo nos hace mucho bien. Lo notamos hace dos cursos cuando estuvimos confinados y no salíamos de casa. La falta de relación nos empobrece. Incluso algunos de vosotros realizasteis parte del curso 2020-21 en la modalidad de semipresencialidad, alternando unas clases en casa y otras en el colegio. Vuestra experiencia os dice que no es lo mismo. Aprovechemos pues la cercanía de compañeros y amigos.

Escena 2: La imagen de la Virgen María que tenemos en el jardín del Bachillerato nos recuerda algo que es fundamental en nuestra vida: la relación con Dios, que ha realizado la obra maravillosa de la Creación; que nos ha enseñado a convivir solidariamente unos con otros como hijos de una gran familia, a través de Jesús; que nos impulsa a mejorar este mundo haciendo felices a los demás para sentirnos realizados por la acción del Espíritu de Dios.

La presencia de María no es casual. Nuestro Bachillerato se denomina “Santa María” porque ella es nuestro modelo de humanismo. Ella, una sencilla mujer, se puso a disposición de los planes de Dios. Aceptó ser la madre de Dios, encarnado en su cuerpo, sin tener en cuenta las posibles consecuencias que tendría ese hecho. Toda su vida fue un servicio a los demás: a su hijo Jesús, a su esposo José, a su prima Isabel, y a todos los discípulos que seguían a su hijo por los caminos de Galilea. Ante la condena a muerte de su hijo no se escondió. Al pie de la cruz Jesús le pidió un último servicio: ser la Madre de todos los creyentes. Por eso la tomamos como ejemplo de vida para los demás y recurrimos a ella en los momentos cruciales de nuestra vida.

Escena 3: Nos muestra la relación entre el profesor y el alumno. Nuestra vida escolar se desarrolla entre esos dos “roles” ser educando o ser educador. Para que el proceso educativo tenga éxito es fundamental la buena relación entre ambos. Diríamos que ambos se necesitan. El que educa tiene que tener un sujeto al que dirigirse. El educando debe tener confianza en el educador que trata de ayudarle en su formación personal.

En el confinamiento que tuvimos en el año 2020 pudimos experimentar personalmente cada uno de nosotros la importancia de esa relación pedagógica: durante meses estuvimos tan sólo comunicados a través de los ordenadores y notamos que no es lo mismo. En internet existen cantidad de plataformas y videos de carácter educativo, pero a pesar de tal riqueza de materiales nos falta lo fundamental: la capacidad de relacionarnos, la emotividad. Cuando asistimos presencialmente a una clase se va estableciendo una relación singular entre el ponente y el estudiante. El educador trata de facilitarte el proceso de aprendizaje porque antes otros lo han hecho con él. El estudiante puede quedar “enganchado” en el proceso y lograr descubrir valores y posibilidades desconocidas. A veces resulta que la relación no es tan positiva, pero podemos decir que de toda acción pedagógica se aprende algo.

Escena 4: Nos muestra la importancia de sacar de lo profundo de nuestro ser la capacidad de empatizar y solidarizarnos con otros, sobre todos con aquellos más necesitados que nosotros. El Dios creador nos ha puesto en medio de un “jardín” (nuestro planeta) que hay que cuidar para poder disfrutar de él. Por desgracia cada día aumentan las agresiones al medio ambiente. Pero de ese jardín, lo más importante son las personas. Tenemos que ser consciente de que somos unos “privilegiados”, en el sentido de que no nos falta el alimento, el refugio, la atención médica, el acceso a la educación, etc. La MAYORÍA de la población mundial no es tan afortunada como nosotros. De ahí que tengamos que realizar un compromiso muy importante por intentar mejorar tantas discriminaciones y eliminar egoísmos. Ya se ha hecho vieja la frase: “Piensa globalmente, actúa localmente”, pero sigue teniendo toda su vigencia. Ante tantos problemas que hay en este mundo no podemos seguir con los brazos cruzados o simplemente “mirando las pantallas”. Vemos muchas cosas, pero necesitamos pasar a la acción para que nuestra vida cobre sentido.

En el centro aparece el logo diseñado para este curso. Cuatro manos de distintos colores formando un círculo alrededor de una estrella que simboliza el proyecto común del Bachillerato. Las manos son el símbolo universal para manifestar ayuda y colaboración y el hecho de que sean cuatro y de colores distintos significa la peculiaridad de cada una de las Congregaciones que integran el Bachillerato y que aparecen con sus nombres debajo de las cuatro escenas. Y en el encabezamiento del cartel el lema formado por cuatro palabras que con sus variados colores nos recuerdan otra vez las instituciones que dan vida a nuestro colegio.

 Este curso el equipo de pastoral te ofrece…